domingo, 19 de abril de 2015

"Interrupto", por Bryan Vidal Fuentes









Interrupto
(Fragmento de "Valkirias Eléctricas")



                                 ...Tenía solo nueve os cuando vi uno por primera vez.  
                                           Nunca olvidaré esa sensación de tocar acero-niedenio por   
                                primera vez y  sentir como este reacciona a la piel, al calor a la sangre…
  


  Domos Kaitaku de colonización lunar, 12 de Mayo de 2230. 

 La pequeña Ling Xie siempre había vivido con su abuelo y su hermana, los estragos de la ‘Guerra del Fin le privaron una vida con sus padres, que murieron defendiendo lo que se conoce ahora como Las tumbas verdes’, un conjunto de domos de colonización de unos cien años de antiedad, anteriores incluso, a la masiva conquista del sistema solar impulsada en sus inicios por la SUJAR, y que actualmente es llevada a cabo por la FESS.



La ‘Guerra del Fin enfrentó a estas dos partes que comenzaron a disputarse territorios en todo el sistema solar, territorios que incluso desconocían y no poseían, esta lucha terminó cuando el planeta se convirtió en una esfera de fuego y tierra esril incapaz de albergar vida, lo que significó el fin de ella misma como origen de la humanidad y de la SUJAR en general.


El pueblo de Ling Xie, sin embargo, defendió la luna como último bastión cultural de su pueblo y de otras culturas que lo habitan, que con el paso de los años han adoptado los nombres de habitantes del ‘reino de los dragones’, gente del sol rojo u osos blancos por nombrar algunos. Ella, sin embargo, solo conoce la vida en los domos lunares, donde la guerra ya no es más que un vestigio del que nadie quiere hablar.


Pero la gente del ‘reino de los dragones’ no es de una naturaleza curiosa, ni siquiera cuestionan su incierto futuro en un hogar artificial condenado a desaparecer junto a la agonizante Tierra. Ling Xie no solo era la nieta de un científico, era un prodigio en el desarrollo de artefactos y cualquier invento que le ayudara a mantener el taller de su abuelo, donde se ganaba la vida reparando cualquier cosa que le llevaran, fuera legal o no.

El taller del abuelo era magnífico, algo poco común de ver en el sistema interno, único en la luna, y Ling Xie deambulaba por sus salones y galerías desde que tenía memoria, conocía cada habitación con cada pieza en ella, o al menos eso creía…


Ling, ve a buscarme una llave de presión menica a la sala principal! le ordenaba el abuelo, como era de costumbre.

ya voy! contestaba ella al instante dejando de hacer lo que fuera que estaba haciendo y partía inmediatamente. Esta vez dejó de ojear una antigua revista que contenía unos aparatos llamados automóviles.


El taller del abuelo también era una especie de museo de historia menica, muchos antiguos artefactos terrestres terminaron ahí tras la colonización lunar, y estaban muy bien conservados aunque no muy limpios.


Una vez que Ling Xie encontró la llave en el estante donde siempre estaba, esta torpemente se le cayó de la mano al suelo, dando un golpe en las tablas del piso, y ahí fue donde descubrió las marcas de un tablero removible muy bien escondido bajo un cofre

Antes de cuestionar y pensar, la curiosidad le hizo actuar instintivamente empujando el cofre y abriendo la pequeña puerta escondida bajo el tablero que quitó sin darse cuenta de lo que  realmente hacía.


Ling Xie bajó las escaleras verticales con la agilidad de un gato y cuando encendió su linterna, algo de lo que ella nunca se separaba, buscó los interruptores de la luz. En el instante en que se ilumi la pared del fondo, vio un gran bulto cubierto con una bandera roja que tenía unas pequeñas estrellas amarillas bordadas en una esquina.


Al momento en que ella se acercaba lentamente, la luz se encendía de forma automática iluminando toda la sala de manera intermitente; a medida que los tubos destellaban se iba dando cuenta que esa no era una sala ordinaria, las paredes y piso eran de un blanco impecable, el aire no tenía signo de estar viciado, hasta distinguía el olor del aromatizante favorito del abuelo: esencia de manzanas.


Con cada paso que avanzaba, se daba cuenta que su pulso se disparaba, su corazón lo sentía ya cerca del cuello sin saber si lo que experimentaba era miedo o emoción, lo único de lo que estaba segura era que estaba ante el secreto mejor guardado de su abuelo y que si la sorprendía en esa sala, no estaba segura de qué pasaría, solo quería saber que había bajo esa rasgada bandera.


Se detuvo un momento a un par de metros de esa desconocida y menica presencia que yacía frente a ella, distingu en las paredes muchas y extrañas piezas similares a los robots de construcción y rescate; manos, pies, trajes de goma todo muy ordenado y rotulado como acostumbraba el abuelo. Vaciló antes de seguir acercándose y tra de dar la vuelta para salir por donde entró, pero no fue su curiosidad ni su vocación de menica lo que la impulsó a destapar lo que estaba frente a ella, ni siquiera sintió que fue su conciencia la que decidió hacerlo, era como si esta máquina desease ser destapada y encontrada por la pequeña LinXie.


Al momento de tirar la bandera hacia un lado, quedó al descubierto una majestuosa y semi- desarmada armadura metálica, conocida como unidad Yoroi. Un artefacto nacido en unépoca de pos-guerra hace muchos años y que costó muchas vidas en combate y desarrollola que estaba frente a ella era una de tercera generación a medio terminar.


Ling Xie sabía la mayoría de las cosas que se comentaban sobre las Unidades Yoroi, desde su creación hasta su papel en la guerra y expansión de la raza humana por el sistema solar, también sabía que su abuelo trabajó en una organización militar que buscaba el mejor aprovechamiento de estas máquinas con fines no-bélicos, pero que fue arrasada en la guerra que también se llevó a su familia. Solo podía intuir que esa brillante y roja armadura rotica estaba ahí por causa de él, y tenía bastantes razones para esconderla, ya que estas creaciones fueron la causa de la desaparición de su hermana hace dos años.



Extendió su pálida mano para tocar esa forma de acero que estaba ahí delante de ella, llamándola a sentir su textura, su frío y sentir como el acero-niedenio penetraba por sus poros de manera lenta para fundirse con su sangre. No dudó en poner la mano sobre la cubierta del inversor de potencia, que estaba ubicado cual corazón menico fuese en esa coraza viviente que por ahora no daba rastros de vivir’.

Ling Xie también sabía que el acero-niedenio reaccionaba de distinta manera a cada persona, y que el simple hecho de tener contacto con la sangre de un hombre provocaría un descontrol y caos en esa maravilla biomenica; algo muy distinto ocurría al sentir la sangre de una mujer, ya que solo la de una mujer sin hijos podía estabilizar la reacción del niedenio y convertirla en algo vivo y simbiótico con su anfitrión, sin embargo Ling Xie también sabía que una Unidad Yoroi solo podía enlazarse a una sola persona en toda su vida, y si esta moría solo podría volver a hacerlo con otra con un índice y grupo de sangre muy similar.

Con su cabeza desconcertada y su pulso agitado, Ling Xie sintió como el calor bajo sus dedos se extendían por la máquina, mientras ella percibía una especie de corriente eléctrica recorriendo su cuerpo como latidos que entraban por sus dedos. Era consciente de que la Unidad Yoroi estaba reaccionando de manera positiva a ella, había leído un poco sobre ello, pero sentir ese entumecimiento y posterior placer recorrerla era algo que no podía ser imaginado, mucho menos descrito de manera correcta. Comenzó a agitarse al momento de que vio un montón de pequeñas luces encenderse dentro de la parte que vendría siendo la cabina, y cuando la Unidad Yoroi empezó a emitir un zumbido, esta dio un ligero golpe de corriente a Ling Xie quien cayó sentada en el piso observando como la armadura volvía a perder color, temperatura y sus fascinantes luces.


-Aún no está listo el proceso de Purificación’, pues todavía no logro reunir todo el lice para descontaminar el torrente bio-menico de esta unidad

Ling Xie dio un giro con su cabeza y observó al abuelo parado tras ella, mirándola con los ojos llenos de grimas mientras decía:

-Cuando esté listo, se tuyo y podrás ser alguien en esta colonia

La pequeña Ling Xie por fin sintió estar cerca de cumplir un propósito, uno con el que había soñado desde muy pequeña: Venganza.

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