martes, 6 de enero de 2015

Una aproximación a la Novela Gótica: terror, horror, lo sublime y lo siniestro

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                                                             Francisco Eduardo Sad-.

En el siguiente estudio se realizará una aproximación histórico-literaria del género gótico, así como una descripción de los términos terror, horror, lo sublime y lo siniestro.

  

Lo primero en que pensamos cuando escuchamos el término Gótico, seguro es sobre el movimiento sub urbano nacido en Inglaterra en los años ’80. Una estética rodeada de vaporosos trajes neo-victorianos[i], rostros pálidos, colores oscuros, cruces y maquillaje, y que al igual que muchas otras ramificaciones del post punk fue rápidamente difundida gracias a la música. Sin embargo, el término gótico nació muchos años antes, siglos incluso, como una manifestación transgresora a la corriente filosófica del siglo XVIII; el neoclasicismo. 

Las manifestaciones del movimiento gótico que vemos hoy, son los resultados de décadas de evolución y estudios narrativos, que se desarrollaron a través de un contexto socio-político complejo, un avance tecnológico arrollador y un desarrollo económico que amenazaba con desarmar las bases sociales que se conocían. La novela gótica se convirtió en la representación de la rebeldía contra la moral, las leyes y los modelos de comportamientos establecidos. Sus temas sobre la sexualidad, la libertad, la ruptura de roles, la homosexualidad, los aristócratas tiranos, y arquitectura en decadencia, se transformaron en metáforas para contar lo que sucedía en el periodo victoriano, y al mismo tiempo, en el escape de esa realidad; en cuanto combinaba esos motivos con elementos sobrenaturales, fantasmagóricos y monstruos.

Así, a medida que avanzaba el tiempo, aunque los motivos fundamentales se mantuvieron, la novela gótica supo adaptarse y evolucionar respecto a los nuevos temores que asolaban a la sociedad.

Aproximaciones al concepto “Gótico”.

Para poder comprender de dónde viene las diferentes significaciones de lo gótico, debemos ir mucho más atrás en el tiempo incluso de 1764, año en que Horace Walpole utilizó el término por primera vez. Debemos ir a la época en que los pueblos bárbaros batallaban contra el Imperio Romano en el siglo VI, y reconocer entre ellos a los Godos (Goth)[ii], que aunque nunca llegaron a Britania, el concepto de gótico sí lo hizo, determinando luego a todas las tribus de origen germánico, incluyendo a los anglosajones. Debido a esto, la palabra gótico, terminó siendo utilizado como sinónimo de “nativo”[iii], la Época Medieval y la caída de un Imperio. Pero no fue hasta que Giorgio Vasari (1551) utilizara por primera vez lo gótico como un adjetivo para definir las arquitecturas que predominaron desde el siglo XII hasta el XV, que este no se reconoció como tal.

De esta forma comprendemos que las características que reconocieron a la novela gótica más tarde en el siglo XVIII estaban estrechamente ligada con lo bárbaro, la destrucción y la decadencia, estableciendo un carácter peyorativo hacia sus manifestaciones. Pero no fue hasta que Walpole y Clara Reeve utilizaran en sus obras lo gótico junto con el término “Romance”[iv] , que este quedó tajantemente declarado como un género inferior a la novela realista que se desarrollaba en la época; visión despectiva que continúa hasta hoy, a pesar de los esfuerzos de aquellos pioneros del género en defender su carácter romántico, argumentando que bajo esta corriente la novela era capaz de mezclar la imaginación y la naturaleza, lo fantástico y lo real.

Por las definiciones anteriores lo gótico queda estrechamente relacionado al concepto de lo sobrenatural y la vacilación, aquella característica inminente del género fantástico actual y que en términos de Todorov podríamos catalogar como “(…) la vacilación experimentada por un ser que no conoce más que las leyes naturales, frente a un acontecimiento aparentemente sobrenatural (…)” (Todorov, 1995:24)  estableciéndose entre lo extraño o lo maravilloso. Esta relación entre lo sobrenatural y lo gótico propone, convencionalmente, que este último fue el origen de la literatura fantástica moderna (incluyendo su versión postmoderna del llamado neofantástico), porque como lo explica Roas (2001), la versión oscura del romanticismo es la primera que utiliza lo sobrenatural para general desconcierto y desestabilizar los esquemas de la realidad conocida:

“A partir de ese nuevo tratamiento de lo sobrenatural que se dio en la novela gótica, los escritores románticos indagaron sobre aquellos aspectos de la realidad y del yo que la razón no podían explicar, esa cara oscura de la realidad (y de la mente humana) (…) Se hizo evidente, por lo tanto, que existía más allá de lo explicable, un mundo  desconocido tanto en el exterior como en el interior del hombre (…) Y la literatura fantástica se convirtió, así, en un canal idóneo para expresar tales miedos, para reflejar todas esas realidades, hechos y deseos que no pueden manifestarse directamente porque representan algo prohibido o porque no encajan en los esquemas mentales al uso y por lo tanto no son factibles de ser racionalizados” (Roas, 2001: 22-24)


Por lo anterior comprendemos, entonces, que la Novela Gótica no posee una definición especifica, sin embargo, pueden establecerse ideas a través de las correlaciones que posee; ya sea con su origen (medieval, escenarios y arquitectura escalofriantes, término de una era y lo contrario a la corriente neoclasicista) , con los nexos terminológicos a los que se relacionó y que ya poseían una carga significativa propia (Romanticismo), y la utilización de elementos narrativos como lo sobrenatural (criaturas fantasmagóricas, monstruos, situaciones escalofriantes e irreales).

Desarrollo  y clasificaciones de un Género

Pocos géneros literarios poseen de forma tan precisa la fecha en que comenzaron las manifestaciones de su corriente. La Novela Gótica es una de ellas. Esta se inició gracias a la publicación de “The Castle of Oranto” (1764) de Horace Walpole, quién añadió en la segunda edición no sólo su nombre[v], sino que el subtitulo de “A Gothic Story”, dando inicio a una seguidilla de novelas que utilizarían el mismo término intentando anclar sus obras con la de Walpole. Así como Clara Reeve con “The Old English Baron” (1778). De esta forma comenzó lo que sería la primera generación de la novela Gótica, donde los escenarios siniestros eran castillos, las protagonistas jovencitas egoístas y desvalidas. Donde los villanos representaban monstruos o la aristocracia tirana, y la trama establecía el orden correcto al final del relato a pesar de su inicio subversivo y rebelde. Estas categorías bastante estereotipadas ayudaron a que la novela se difundiera, especialmente entre las lectoras femeninas, y aquellos pertenecientes a la clase media. Pero esta primera etapa del género irá poco a poco tomando las nociones más oscuras de cada una de sus influencias; convirtiendo sus espacios en ambientes siniestros, sus personajes moralmente ambiguos y tomando temáticas que habían sido vetadas por el neoclasicismo, como: el incesto, las violaciones, la homosexualidad, el sexo, la liberación de roles de género, etc. Sin embargo, no fue hasta la aparición de Ann Radcliffe y Matthew Lewis, que lo gótico llegará a su máxima expresión marcando un antes y un después en la historia de la novela Gótica.

Hasta las publicaciones de Radcliffe y Lewis, el género se había mostrado homogéneo, una misma variedad de protagonistas, villanos, lugares y temáticas. Con la llegada de estos dos autores algo se quebró, la visión de lo gótico comenzó a replantearse y el género se ramificó. Fue en esta segunda generación que se establecieron el Gótico Femenino y el Masculino, las diferencias de las obras orientadas al terror o al horror. Fue aquí que la novela adquirió inclinaciones políticas y anti-religiosas, siendo catalogada por los críticos de la época como peligrosa y subversiva. Pero por sobretodo, es en este periodo en que se establece la necesidad de provocar temor como uno de los elementos fundamentales de la obra gótica, visión rescatada por Nathan Drake en su recopilación de ensayos “Literaty Hours” (1798), cuando menciona que esta corriente se ha convertido en el sinónimo de lo tenebroso y lo horrible.

Con esta concepción de lo que significa la estética gótica nos encontramos con una nueva línea de adaptaciones en las obras que siguieron produciéndose, aquí los grandes castillos se convirtieron en casas patronales, los cementerios en callejuelas de una ciudad visiblemente industrializada. Aquellos villanos monstruosos, o criaturas sobrenaturales, fueron reemplazados por maridos y padres abusivos, asesinos y lunáticos. Dentro de esta estela de cambios, Lord Byron crearía lo que se convertiría en las bases del anti-héroe moderno, un ser solitario, bipolar, con un pasado lleno de odio que busca olvidar; un ser visiblemente incomprendido[vi]. Esta nueva ruptura permitió a los escritores desestabilizar la vida familiar y en comunidad de los lectores; la seguridad ya no existía, y el desarrollo del pensamiento deductivo y los avances científicos ayudaron a establecer un nuevo tipo de villano: el criminal. Serían más tarde Poe uno de principales exponentes de esta nueva  forma de ver lo gótico.

A fines del siglo XIX muchos de los motivos que rodearon a la literatura gótica siguieron estando presentes, tales como: la locura, la homosexualidad, la ciencia y el temor a lo inexplicable empíricamente, los asesinatos, el sexo, la perdida de los roles de género y morales. Y fue esta nueva percepción de la corriente las bases para crear otra tendencia, la visión de la “Figura doble”, que representa la dualidad, la ambivalencia de lo que somos, seremos, del bien y el mal. Algunas obras representativas de lo anterior son Frankenstein (1818) Mary Shelley, el Dr. Jekyll and Mister Hyde (1886), de Robert Stevenson, The Picture of Dorian Gray”(1890) de Oscar Wilde. Y The Case of Charles Dexter War” (1927) de H.P Lovecraft. Finalmente, muchos estudiosos dan por finalizado el género con la publicación de “Drácula” (1897) de Bram Stoker. Sin embargo, podemos mencionar en la actualidad a autores como Stephen King que han incursionado en temáticas del terror y el horror.

Es indiscutible que lo gótico ha ido evolucionando y adaptándose a los nuevos escenarios, miedos y personajes. Por lo anterior, una serie de estudiosos han intentado realizar algunas clasificaciones que intenten agrupar a las obras de esta corriente. Anna Gonzales (2011), recoge las  descripciones de Gary Thompson (1979), Cornwell (2000) y Feix Molina (2003), para realizar la siguiente división:

*Gótico Negro

*Gótico Explicado o ilusorio

*Gótico Satánico

*Gótico Fantástico

*Realismo Negro

*Gótico filosófico o didáctico.

*Gótico Paródico

*Female Gotic

A pesar de esta clasificación, como ocurre con muchos género relacionados a lo Fantástico, no es estática. El género siempre ha estado en constante cambio, como seguro seguirá estando en los años siguientes, por lo que esta lista no es más que un referente para poder organizar las obras creadas bajo esta estética.

Lo sublime, lo bello,  lo siniestro, el terror y el horror.

Lo gótico está compuesto por una serie de dualidades, emociones contradictorias que producen en el lector una adicción tortuosa, además de realizar un efecto contrapuesto que parece imposible: amor - odio, miedo - deseo, atracción - repulsión.

Pero ¿cómo lograr esto? Esta sensación ambivalente que producen las obras góticas, están basada en la percepción que el sujeto tiene con aquello a lo que se ve enfrentado, y que en este género reconoceremos como lo “Sublime”.  Pero para comprender un poco más de dónde y cómo funciona este término, debemos remontarnos a los dichos de Longino (III-I a. C) quien definió lo sublime como aquella experiencia provocada por la contemplación de un objeto de belleza extrema,  induciendo al observador una catarsis, que puede ser incluso dolorosa, por la incapacidad de este de asimilar aquella belleza. Sin embargo, este concepto fue reformulado por autores como Edmund Burke en “Philosophical Enquiry into the Origin of our Ideas Concerning the Sublime and Beautiful” (1757) o Inmanuel Kant en “Critique of Judgement” (Que incluía un capitulo llamados “Aesthetics of the Sublime”). Quienes tomaron lo sublime como la experiencia confrontacional que sufre un espectador frente a un objeto, que le produce una impresión “poderosa” y que no tiene relación con la belleza necesariamente, sino que también puede hablarse de sentimientos de temor o supervivencia. Aún así, entre ambos, existe una pequeña diferencia, para Burke el sujeto desaparece ante la contemplación, mientras que para Kant, la superioridad del sujeto para con el objeto, le permite su contemplación. A parte de esto, ambos coinciden que es la confusión que ocurre entre las fronteras de sujeto y el objeto lo que llamamos sublime.

Burke (1987) además señala que la relación entre las emociones de miedo y supervivencia son sublimes, cuando el sujeto es consciente de ellas, por ejemplo, frente a una obra; no así, en cambio, cuando está enfrentándose directamente al peligro o al objeto de dicho conflicto: 

“Las pasiones que pertenecen a la autoconservación están en conexión con el dolor y el peligro; son dolorosas simplemente cuando sus causan nos afectan inmediatamente; son deliciosas, cuando tenemos una idea de dolor y peligro, sin hallarnos realmente en tales circunstancias; no he llamado deleite este placer, porque está relacionado con el dolor y porque es lo suficientemente diferente de cualquier idea de verdadero placer. Todo lo excita este deleite, lo llamo sublime. Las pasiones que pertenecen a la autoconservación son los más fuertes de todas (…) (Burke, 1987:38)

Pero Burke establece también una diferencia con la belleza, lo que en un principio se consideraba productora de lo sublime, y que para él es el productor de un sentimiento positivo, ternura y amor “(…) La belleza (…) es un término que aplicaré a todas aquellas cualidades de las cosas que provocan en nosotros un sentimiento de afecto y ternura, o cualquier otra pasión lo más parecida a éstas” (Burke, 1987: 39)

Así concluimos entonces que mientras la belleza despierta sentimientos de admiración, lo sublime en cambio está más cercano al efecto que produce la impresión de algo imposible de racionalizar, más cercano al temor reverencial. Y es esta cualidad la que utiliza el gótico para causar en el lector aquella experiencia de temor.
Tomando esta percepción de lo sublime, nos preguntamos ¿Por qué se produce está impresión?, qué podría afectar tanto a un espectador como para causar esa sensación de desconcierto; pues es eso mismo, el desconcierto, el desconocimiento de lo que se observa. Freud (1994)  lo denomina “Unheimlich” que en inglés se traduce como “the uncanny” y en español “lo siniestro” o “lo ominoso”, dónde hace referencia a esa tención que existe entre lo conocido y lo desconocido, que encontramos en las novelas góticas. También menciona la relación estrecha que mantiene con su contrapuesto, aquello que significa lo familiar, pero que no debe salir a la luz: “Se llama unhemlich a todo lo que estando destinado a permanecer en el secreto, en lo oculto (…) ha salido a la luz (Freud, 1994: 224).

Dentro de lo ominoso, Freud distingue entre aquello que nace desde los miedos culturales y otras desde las creencias ancestrales, logrando usar elementos de nuestros conocimientos previos y utilizando esta cualidad para liberar nuestros profundos temores. De esta forma el autor rescata todas las posibilidades que tiene el escritor para abarcar la realidad en la literatura, difuminando los límites de lo fantástico o creando los propios para causar el efecto que desea en el lector: “a menudo y con facilidad se tiene un efecto ominoso cuando se borran los límites entre fantasía y realidad, cuando aparece frente a nosotros como real algo que habíamos tenido por fantástico, cuando un símbolo asume la plena operación y el significado de lo simbolizado, y cosas por el estilo” (Freud, 1994: 244).
De esta forma el miedo se convierte en una de las principales metas de los escritores. Lovecraft en “El horror sobrenatural en la literatura”(….) menciona que es a través de las percepciones del horror y el terror que esta sensación se consigue.  Pero ¿qué es el terror y el horror? O más bien ¿qué diferencia existe entre ambos?

Como mencionamos al comienzo, uno de los elementos que marco el avance de la literatura gótica fue la separación de lo que significan estos dos conceptos y la formas en que se abordaban. Ann Radcliffe, más cercana al terror, fue caracterizada por su influencia en lo que se llamó “Lo gótico femenino”, cuya estética le permitía no ser duramente criticada por estudiosos de la época. Mientras que autores como Lewis proclamaban abiertamente el horror, marcándose como “Lo gótico masculino”.

Esta lucha de conceptos hizo necesaria una descripción detallada de ambas, por lo que Radcliffe en “On the Supernatural in Poetry” (1826) separó ambos términos, definiéndolos como opositores, donde el primero expande el alma y mueve a actuar contra el peligro y el otro  paraliza, y hiela la sangre: “Terror y el horror son muy opuestos, el primero expande el alma, y despierta las facultades para proteger la vida; el otro en cambio, congela, y casi aniquila (…)” (Radcliffe: academic.brooklyn.cuny.edu)

Así el terror y el horror se definieron según la influencia o el efecto que tenía el miedo en el espectador. A pesar de la lucha Ann R. por cultivar la semilla del terror en la literatura, fue el horror quién marcó el siglo XIX y XX, además de una nueva concepción del mal, que ya venía trabajando Freud, donde los males y el peligro no asechaba en el exterior, sino en el propio individuo, haciendo más complejo el desarrollo psicológico de los personajes de la novela Gótica siendo Lovecraft uno de los principales cultivadores de esta estética.

 Conclusiones.

A lo único que realmente el hombre teme es a aquello que desconoce.  Freud marcó un hito en los estudios del género gótico desde la psicología, sin embargo, no es abiertamente mencionado cuando hablamos de lo gótico. A pesar de esto, esa percepción freudiana del miedo que mencionamos al comienzo, puede abarcar perfectamente lo que representa el género.

El terror, el horror, la búsqueda ansiada y excitante del miedo a través de escenarios siniestros. El contacto con personajes sobrenaturales y macabros, el suspenso, la idea de la supervivencia hacia lo desconocido, nos azotan cada vez que leemos una obra Gótica. El cual dependiendo de sus autores y la época, fue adaptándose a los nuevos temores, intentado profundizar en la psiquis del Hombre y rasgando la seguridad de nuestros espacios familiares.

Hoy existen nuevas temáticas que no abordamos en este artículo, pero que marcan una nueva estela de obras y caracterizaciones que definirán de alguna u otra forma el futuro de este género.

Bibliografía

Ardilla, Miguel (2009) El horror cósmico de H.P. Lovecraft: Una corriente estética en la literatura de horror contemporánea. (Tesis Pregrado) Pontifica Universidad Javerina, Bogota, Colombia. 

Burke, Edmund (1757) Philosophical Enquiry into Origin of Our Ideas of the Sublime and Beautiful.

Gonzales-Rivas, Ana (2011). Los clásicos grecolatinos y la novela gótica angloamericana: Encuentros complejos. (Tesis  Doctoral) Universidad Complutense, Madrid, España.

Lara, Eva (2011) El terror de la brujería: Antecedentes de un motivo literario gótico. Universidad Católica de valencia. España.

Lovecraf, H.P (1999) El horror sobrenatural en la literatura. [Traducción elaleph.com]

Llácer, Eusebio. El terror en la literatura: El diseño de la “Tale” de Poe. Universidad de valencia.

Llopis, Rafaél (2013) Historia natural de los cuentos de miedo. Revista de Investigación sobre lo Fantástico.vol n°2. Brumal. Madrid, España.

Martinez, Luciana. En busca del lenguaje del horror: H.P. Lovecraft según Alberto Breccia. Universidad Nacional de Rosario.  Argentina.

Paradela, Raquel (2012). Novela gótica en Irlanda: origen, evolución, características, y principales autores del género dentro de su contexto histórico-social (Tesis de Pregrado). Universidad da Coruña, Coruña, España.

Radcliffe, Ann. (1826) On the Supernatural in Poetry. By the Later Mrs. Radcliffe. The new Monthly Magazine and Literature  Journal, vol 16.   http://academic.brooklyn.cuny.edu/english/melani/gothic/radcliffe1.html#footnote [Disponible 29-12-2014]

Sánchez- Verdejo, Francisco (2011)Terror y Placer: Hacia una (re)construcción cultural del mito del vampiro y su proyección sobre lo femenino en la literatura escrita en lengua inglesa. (Tesis Doctoral) Universidad de Castilla- La Mancha, Real, España.

Roas, David (2001) La recepción de la literatura fantástica en la España del siglo XIX. (Tesis Doctoral) Universidad Autóctona de Barcelona, España
Trías, Eugenio (2006) Lo bello y lo siniestro. Editorial Ariel.




[i] Utilizo la palabra neo victoriano porque establece, según mi percepción, una relación más estrecha con la estética victoriana y no con un momento histórico específico.
[ii] Históricamente, los godos, de origen escandinavo, se instalaron en las orillas del Vístula en el siglo I a. C., y desde entonces hasta el siglo III d. C. se extendieron en dirección al Mar Negro y el Mar Jónico. A partir de este momento iniciaron sus ataques en territorio romano, y en el 410 d. C. lograron penetrar en Roma y saquear la ciudad”  (Gonzales-Rivas, 2011: 57)
[iii] “David Stevens en The Gothic Tradition, menciona que : “From this position, subsequent historians and propagandists  were able to proclaim a ‘native’ freedom-loving gothic tradition within British culture, in opposition to ‘foreing’ imperialism as epitomised by the Norman invasion of 1066 and the authoritarian rule it ushered in period” (Paradela, 2011:18) / [“Desde esta posición, los historiadores y propagandistas posteriores fueron capaces de proclamar una tradición gótica amante de la libertad y "nativo" dentro de la cultura británica, en oposición al imperialismo 'extranjero' como personificación de la invasión normanda de 1066 y el gobierno autoritario que marcó el comienzo del periodo”]
[iv] “Los romances y la filosofía romántica era considerada inferior a la novela. Esta concepción se traslado a las novelas góticas, debido al auto nombramiento que escritores como Walpole o Clara Reeve hicieron, aun cuando estos defendieron el término  en los prefacios de sus obras. “As the Gothic novel often utilised the subtitle “A Romance” it was readily stigmatised as a genre unworthy of serious attention. This tendency was countered by writers such as Wapolde and Clara  Reeve both of whom defended the Romantic Gothic in the prefaces to their novels in the grounds that it was able to  combine the virtues of “imagination” and “Nature”; the fantastic and the real (Martin en Mulvey-Roberts 196)” (Paradela, 2011: 31)/ [A medida que la novela gótica utilizó el subtítulo "Romance" esta fue estigmatizado fácilmente como un género indigno de atención. Esta tendencia fue contrarrestada por escritores como Wapolde y Clara Reeve quienes defendían el gótico romántico en los prefacios a sus novelas con el argumento de que era capaz de combinar las virtudes de la "imaginación" y "Naturaleza"; lo fantástico y lo real ]
[v] Gracias a las connotaciones negativas que poseían las obras alejadas del neoclasicismo, Horace Walpole publica su primera edición de “The castle of Orante” bajo un seudónimo. Describiéndola como una traducción de la obra de Onuphirio Muralto, canónigo de la iglesia San Nicolás de Otranto, original de Nápoles 1529. (Sanchez-Verdejo, 2011: 130)
[vi] Sobre el héroe byroniano, vid. Praz (1999:132-160)

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Paulina Salas 
Profesora de Castellano
Colaboradora académica de la Revista Nueva Fénix.


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